No dia 10 de Junho de 2017
Lusíadas, 1ª edição, 1572
En fin, regresó a Lisboa con el poema como único recurso. Consiguió una pequeña pensión, aproximadamente ochocientos libras de nuestra moneda de hoy; pero cesaron pronto de pagársela. No tuvo otra jubilación ni otro socorro que un hospital. Fue allá donde pasó el resto de su vida, muriendo en un abandono total. En cuanto hubo muerto se apresuraron a dedicarle epitafios honorables, y a elevarlo al nivel de los grandes hombres. Algunas ciudades se disputaron el honor de haber sido el lugar de su nacimiento. Así probó en su propia carne toda la suerte de Homero. Viajó Homero como él; vivió y murió pobre, y tuvo gran reputación sólo después de muerto. Cuántos ejemplos deben conocer los hombres de ingenio, para darse cuenta de que no es con el ingenio con lo que se consigue fortuna y se vive feliz.”
Voltaire
(tradução do francês para o castelhano de Pedro Sevylla)